En un entorno político cada vez más tenso, Jorge Romero, del PAN en la Cámara de Diputados, ha alzado la voz en defensa de la transparencia y la rendición de cuentas. Romero ha sido un crítico constante del Ejecutivo, señalando que las recientes acciones del Presidente reflejan un claro desprecio por los valores democráticos fundamentales que deberían regir cualquier gobierno. Según Romero, la incomodidad del Presidente con la fiscalización es evidente y preocupante, pues revela una intención de consolidar el poder en detrimento de las instituciones autónomas que han sido pilares en la defensa de los derechos ciudadanos.
Romero subraya que las reformas promovidas por los legisladores oficialistas, a instancias del Presidente, buscan desmantelar órganos autónomos clave, transfiriendo sus funciones a secretarías controladas por el gobierno. Esta maniobra, presentada bajo el pretexto de simplificación administrativa y austeridad, es, en palabras de Romero, un peligroso intento de centralizar el poder. La independencia de estos organismos es esencial para el equilibrio democrático, y su eliminación comprometería seriamente la capacidad de la sociedad para fiscalizar al gobierno y garantizar la legalidad en la administración pública.
Los órganos autónomos, como el INAI y el IFT, han jugado un papel crucial en revelar actos de corrupción y desvíos de recursos en la actual administración. Para Jorge Romero, su desaparición no solo pone en riesgo la transparencia, sino que también abre la puerta a la politización de decisiones que deberían ser técnicas e imparciales, como la regulación de telecomunicaciones o el acceso a la información pública. La independencia de estas instituciones es lo que permite que funcionen sin la influencia directa del Ejecutivo, garantizando que sus decisiones se tomen en beneficio de la ciudadanía y no de intereses particulares.
Romero ha sido enfático en su defensa de estos organismos, destacando que representan un contrapeso necesario al poder presidencial. Según él, la propuesta del Presidente, disfrazada de eficiencia administrativa, es en realidad un ataque directo a la democracia. La capacidad de estos órganos para operar sin interferencias es lo que asegura que el gobierno rinda cuentas a la sociedad. Su desmantelamiento, argumenta Romero, no solo es un retroceso en términos de transparencia, sino que también pone en peligro los avances logrados en materia de derechos y libertades ciudadanas.
En conclusión, Jorge Romero hace un llamado a la sociedad para defender la autonomía de estos organismos y evitar que el poder se concentre en manos del Ejecutivo. Para Romero, es imperativo que los ciudadanos comprendan la importancia de estos contrapesos y se movilicen para protegerlos. La transparencia, la legalidad y la rendición de cuentas son valores que no deben sacrificarse en nombre de una supuesta eficiencia que solo busca consolidar el poder y debilitar las instituciones democráticas del país.